jueves, 21 de mayo de 2009

más de perfumería... ¿por qué será? Embriagadores...

Para comenzar este ejercicio de visualización e interpretación, me referiré al tema escogido. Me he decantado por los anuncios de perfumes, porque a menudo son los que más signos utilizan debido a que vender una fragancia a través de un medio por el cual no podemos poner en funcionamiento nuestro sentido del olfato, dificulta mostrarnos las características que este quiere transferir, además, algo tan personal como un perfume, denotará diferentes sensaciones en cada individuo.
Y si estamos tratando en un blog algo como los estereotipos publicitarios, no puedo dejar de nombrar a las innumerables bellezas y los esculturales cuerpos que representan a los perfumes, ¿los feos no se pueden echar colonia o acaso se transformarán en príncipes como si de una pócima olorosa se tratara? En fin, introducido el tema a desarrollar, presentaré el anuncio por el que me he decidido: “Euphoria” de Calvin Klein (http://www.youtube.com/watch?v=rO4JzlfBePg&feature=related).
Este anuncio, como otros muchos de perfumes, tiene una modelo presentando el producto con unos bonitos ojos que aparecen en un primer plano acompañados de una sensual música, así como un sugerente cuerpo vestido elegantemente, bien, hasta este momento todo el mundo podemos llegar a coincidir en el hecho de que son signos de sensualidad, belleza e incluso erotismo, si este spot de 30 segundos se visiona una sola vez. Ahora bien, en el momento en que se analizan en profundidad cada una de las imágenes que componen ese texto, se pueden vislumbrar otras muchas cosas, así como lo que a mí me resulta al final, el clímax, el orgasmo de la modelo.
Defenderé mi punto de vista. A lo largo del anuncio los signos de la sensualidad no cesan, ya sea en forma de caricias o de besos. Estos símbolos de contacto humano son comunes aquí y en las antípodas, por lo tanto es algo inmanente. En cuanto a la parte más erótica, o incluso sexual, he de decir que sufre una evolución hasta llegar al clímax al finalizar el anuncio. Los signos que distingo claramente para hacer esta afirmación son, y cito en orden de aparición:
Una mano atrevida, toca con pasión un torso desnudo, una flor delicada recorre la tersa carne de los protagonistas, el rostro de ella denota placer absoluto, pero todavía no es pleno, una imagen del mar embravecido nos transmite pasión y fuerza, aparecen los dos cuerpos desnudos y de nuevo una mano se aferra con ansia al otro ser. La mujer no evita ahora un gemido, un beso apasionado deja entrever, otra vez, una mar más que agitada que evoca todavía más fuerza y pasión que antes. La modelo tiene el vello de punta, la música que ha ido en asenso parece no poder subir más el tono, hasta que se abre una preciosa flor, vuelve a aparecer un rostro satisfecho en pantalla y por último, el frasco del perfume.
En los grandes medios de comunicación, a parte de mensajes, se han de transmitir sensaciones, por ello existen innumerables signos que nos reportan estas emociones, además, es imprescindible en publicidad que así sea si queremos surtir algún efecto. Nosotros, los consumidores asiduos de publicidad por doquier, ya no recibimos los mensajes como signos individuales, recibimos unos conjuntos textuales, unos textos icónicos, confeccionados exclusivamente para el placer de nuestros sentidos y la inducción a la compra del producto. Y sí, este es uno de los fuertes motivos por los que se crean estereotipos publicitarios que encasillan a un sector de la población que van a realizar esa futura compra.

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